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Octubre 6, 2024 Alfonso Fernandez

Ayuno contra el cáncer

ACCESO LIBRE

Pocos temas han entrado con el tiempo en la escena mainstream de manera tan potente como el ayuno, aun teniendo enfrente a toda la legión de divulgadores del sistema y a la plana mayor de la medicina oficial.

Lo ha tenido que hacer, debido a la avalancha de divulgadores alternativos que lo preconizan (ahora YA es seguro hacerlo) y a los millones de testimonios de ciudadanos que relatan los beneficios que han obtenido de su práctica.

Pero hace sólo unos años, los pocos que recomendábamos ayuno (o dieta cetogénica, o ejercicio físico de fuerza) a todo paciente de cáncer éramos sistemáticamente ridiculizados, linchados y difamados en redes sociales.

Ahora, los mismos que dirigían esos linchamientos callan, abrumados por los centenares de miles de personas que han experimentado en sus carnes los beneficios de cambiar ciertos hábitos demonizados por nutricionistas, médicos y divulgadores esbirros del poder, y ya no pueden ser ocultados alegremente bajo la alfombra del término “amimefuncionismo”.

A continuación: probablemente el mejor ejemplo de divulgador del poder, Julio Basulto, propagador de dogmas obsoletos y bulos profundamente dañinos para la ciudadanía. Mediocridad y manipulación difundida a la masa gracias a altavoces privilegiados. Fuente

Pocos temas demuestran mejor el poder de las redes sociales y de la libertad de expresión. Cuando algo funciona, funciona, y no hay manera de detener ese mensaje salvo con toneladas de censura, y ni aun así.

Y pocos temas demuestran cómo dos profesiones (nutricionismo y medicina) se han quedado estancadas en un academicismo estéril y totalmente sometido al interés corporativo y globalista.

Esa es la razón por la cual el poder está desesperado por censurar las redes sociales, amparándose en un manipulador y diabólico “discurso del odio”, que sólo es cinismo psicopático para que sólo su mensaje cale, uno con el único objetivo de dañar a la población de TODAS las formas posibles.

Y si aún albergas la ingenuidad de creer que el sistema trabaja en tu beneficio, deja de leer y acude, por ejemplo, a Diario Médico, en busca de la nueva farsa, de la nueva promesa terapéutica que JAMÁS se cumplirá.

Pero, como siempre, se requiere MATIZ para definir con precisión las distintas “maneras” de ayunar, sus diversos beneficios terapéuticos, quién puede aprovechar sus ventajas y cómo sobrellevar sus potenciales riesgos.

Este artículo araña sólo la superficie de un tema muy complejo, pero trataré de ofrecer una síntesis acertada.

Ayuno y autofagia

A mediados de septiembre de 2024 hay más de 160.000 resultados en pubmed relacionados con el término “fasting.

Y más de 2500 relacionados con “intermitent fasting”.

“Ayuno” es un término que aúna todas las estrategias en las cuales hay una ausencia de alimentación durante una cierta cantidad de tiempo. No obstante, los efectos de esa ventana de no alimentación son diferentes en función del tiempo que abarque.

Se llama ayuno intermitente a la práctica que restringe la ventana de alimentación diariamente a un período de menos de 10 horas, lo que implica que hay un espacio de más de 14 horas al día donde no se consumen alimentos, aunque no es el tiempo mínimo aconsejable.

Se supone que esas 14 horas es el tiempo a partir del cual comienza, aunque sea de manera aún leve, el fenómeno de la autofagia (aunque algunos científicos consideran que la autofagia plena sólo se consigue con ayunos prolongados). La autofagia es el estado durante el cual el organismo recicla elementos propios para asegurar la subsistencia, al recibir señales de que no hay nuevo alimento disponible (estudio). Ese mecanismo permite “reciclar” elementos tisulares y celulares dañados y “pone a punto al organismo”. La evidencia de que la autofagia puede resultar beneficiosa ante muchas dolencias (enfermedades infecciosas, metabólicas y degenerativas o cáncer) es cada vez mayor (estudio).

Escribí acerca del fenómeno de la autofagia y de las complejas relaciones que se establecen con el cáncer (la diferencia entre autofagia sistémica y local en la neoplasia y la diferencia entre autofagia en las propias células tumorales o en la matriz extracelular) (artículo). Es un tema fascinante, que abre extensas alternativas terapéuticas, pero muy complejo y no puede abordarse usando simples dicotomías.

La autofagia se inicia a partir de las 12 horas de ayuno (o eso dicen algunos estudios), y se va incrementando conforme aumentamos el tiempo de ayuno, y el tiempo mínimo necesario para iniciar el paso desde el metabolismo de la glucosa hacia el de los cuerpos cetónicos (que añade otro escalón al proceso terapéutico, sumando cetosis a la autofagia) es de al menos 18 horas, aunque sólo se produce generalmente tan rápido en personas con metabolismos habituados a la cetosis y es más difícil que una persona acostumbrada a alimentarse de la manera occidental entre en cetosis tan rápido (estudio).

Algunos estudios consideran que la autofagia puede maximizarse con ayunos de entre 18 y 24 horas (estudio), aunque otros consideran que es necesario un ayuno más prolongado para alcanzarla.

Los distintos protocolos de ayuno van desde uno mínimo de unas 14 horas (menos es poco efectivo), aunque a partir de las 18 horas es cuando surge la magia, hasta uno que abarque varios días (2-7).

Ayuno y restricción calórica

También debemos comprender que el ayuno es algo más que “restricción calórica” y que la simple restricción de “calorías”, simplemente “comiendo menos” no resolverá el problema, mucho más complejo. Se demuestra en muchos estudios donde, a igualdad calórica, la reducción del tiempo de la ventana de alimentación conduce a beneficios metabólicos que, por tanto, no están ligados a la contabilidad de calorías (estudio).

La solución cuando nos alimentamos no radica principalmente en el “cuánto” sino en el “qué”. Quienes abogan por el simple conteo de calorías pierden quizá de vista cuestiones como el consumo relativo de ciertos aminoácidos, el más importante de los cuales es el ratio glicina/metionina. Lo expliqué en artículos como éste.

Ayuno y metabolismo: evidencia antitumoral indirecta

Primero investigaremos la influencia del ayuno (tanto intermitente como profundo) sobre el metabolismo, porque sabemos la correlación que existe entre las diversas dolencias incluidas en el síndrome metabólico y el riesgo de cáncer aumentado y el peor pronóstico cuando concurren en pacientes con cánceres ya establecidos (obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo II e hipertensión).

Esa evidencia nos servirá también para apuntalar la idea de que el cáncer es en realidad una enfermedad metabólica, no sólo para confirmar que el ayuno puede ser una herramienta anticáncer.

Correlación entre dolencias metabólicas y mayor riesgo de cáncer o peor pronóstico de cánceres establecidos

  • Obesidad (estudio).
  • Diabetes (y resistencia a la insulina). La diabetes y el cáncer son enfermedades crónicas interconectadas con factores de riesgo y mecanismos compartidos (estudio). Los estudios epidemiológicos indican un mayor riesgo de diversos tipos de cáncer en pacientes diabéticos, incluidos el cáncer de páncreas, hígado, mama y colorrectal (estudio). La hiperinsulinemia, la hiperglucemia y la obesidad contribuyen al desarrollo del cáncer en la diabetes (estudio). Los mecanismos moleculares que vinculan la diabetes y el cáncer incluyen el aumento de la señalización de insulina/IGF-1, la inflamación crónica, el estrés oxidativo y las alteraciones metabólicas. La transición epitelial a mesenquimal asociada a la diabetes promueve la progresión del cáncer (estudio).
  • Hipertensión (estudio).

Ayuno intermitente y metabolismo

A continuación, efectos del ayuno intermitente sobre las mismas dolencias metabólicas y, por tanto, indirectamente, sobre el riesgo de padecer cáncer y sobre el pronóstico de cánceres establecidos:

Ayuno intermitente y obesidad (estudio), diabetes o resistencia a la insulina (estudio) e hipertensión (estudio).

Ayuno continuado y metabolismo

Podemos llamarlo también “ayuno profundo”. Creo que el término fue acuñado por Ernesto Prieto Gratacós y su equipo, y parece una muy buena definición para un ayuno que se prolonga en el tiempo y abarca varios días. Los cambios que se alcanzan con su práctica son más poderosos, aunque también acarrean ciertos problemas que debe conocer todo principiante.

Efectos positivos del ayuno de varios días sobre dolencias metabólicas, similar a lo establecido en el parágrafo anterior: obesidad (estudio), diabetes (estudio) e hipertensión (estudio).

Evidencia antitumoral directa del ayuno y contra efectos secundarios del tratamiento

1.Respecto a efectos secundarios de la quimioterapia

Se ha demostrado que el ayuno de corta duración (48 horas) es eficaz para proteger a las células normales y a los ratones, pero no a las células cancerosas, contra la quimioterapia de dosis alta, denominada resistencia al estrés diferencial (DSR).

En un ensayo clínico, 10 pacientes diagnosticados con una variedad de neoplasias malignas habían ayunado voluntariamente antes (48-140 horas) y/o después (5-56 horas) de la quimioterapia.

Ninguno de estos pacientes, que recibieron un promedio de 4 ciclos de varios medicamentos de quimioterapia en combinación con ayuno, informó efectos secundarios significativos causados ​​por el ayuno en sí, aparte del hambre y el mareo.

Los seis pacientes que se sometieron a quimioterapia con o sin ayuno informaron una reducción de la fatiga, la debilidad y los efectos secundarios gastrointestinales durante el ayuno. En aquellos pacientes cuya progresión del cáncer pudo evaluarse, el ayuno no impidió la reducción inducida por la quimioterapia del volumen del tumor o de los marcadores tumorales.

El estudio sugiere que el ayuno en combinación con quimioterapia es factible, seguro y tiene el potencial de mejorar los efectos secundarios causados ​​por las quimioterapias.

Como experiencia personal: uno de los oncólogos más reaccionarios y engreídos con los que tuve la desgracia de interactuar no tuvo más remedio que reconocer que cuando los pacientes tomaban la quimio en ayunas sufrían muchos menos efectos secundarios.

Y en este artículo expliqué cómo el ayuno y la cetosis inducen una asimetría entre el tumor y el cuerpo, incrementando la producción de antioxidantes endógenos en los órganos sanos y disminuyéndolos en la cápsula tumoral.

2.Incremento de efectividad de los tratamientos estándar

El ayuno no sólo protege al cuerpo sano de los estragos de la quimioterapia, sino que incrementa las probabilidades de que ésta sea más efectiva contra el tumor, lo cual es lógico, al dificultar la síntesis intratumoral de antioxidantes que contrarresten el estrés oxidativo inducido por el tratamiento estándar, pero también de otros tratamientos oxidativos (estudio).

3.Mejora de la microbiota

Se ha demostrado que el ayuno tiene un impacto directo en la constitución, la función y la interacción de la comunidad microbiana intestinal con el huésped, que es la población microbiana compleja y diversa que vive en el intestino. La disbiosis se ha relacionado con una variedad de enfermedades, incluido el cáncer, como analicé en el tomo II de la Enciclopedia del cáncer, dedicado a la microbiota.

El ayuno, por ejemplo, provocó un cambio en la composición de la microbiota intestinal, mejorando la síntesis de ácidos grasos de cadena corta en comparación con los animales de control alimentados ad libitum. El ayuno también reduce la cantidad de Proteobacteria potencialmente dañinas al tiempo que aumenta los niveles de Akkermansia muciniphila (estudio).

Recordemos la importancia del butirato en la salud metabólica general y en el cáncer en particular (artículo).

4.Activación inmunitaria

Impacto del ayuno intensivo a corto plazo en la función inmunológica mediante la comparación de los leucocitos CD45+ de los sujetos en ayunas antes y después de un ayuno de 72 horas.

Los resultados sugerían que el ayuno intensivo de corta duración potencia la función inmunitaria, en particular la función inmunitaria innata, al menos en parte mediante la remodelación del perfil de expresión de los leucocitos (estudio).

5.Incremento de la sobrevida

Todos esos factores combinados contribuyen evidentemente a la mejora de la sobrevida total en pacientes que ayunan.

Aunque no hay estudios suficientes que analicen en concreto la mejora de la supervivencia en humanos pacientes de cáncer que podría aportar el ayuno, sí hay estudios en ratones que certifican ese hecho, la evidencia indirecta es ya muy grande y el riesgo/beneficio de la intervención demasiado baja como para no aconsejarlo a todos los pacientes de cáncer.

En este estudio, la sensibilización del cáncer a la radioterapia o la quimioterapia inducida por la inanición conduce a una supervivencia prolongada en los modelos de glioma in vivo en ratones. Estos resultados indican que el ayuno y las intervenciones que imitan el ayuno podrían mejorar la eficacia de los tratamientos oncológicos existentes contra el glioma agresivo en pacientes y prolongar su supervivencia (estudio).

Problemas del ayuno continuado y cómo solventarlos

Un ayuno prolongado induce una saludable disminución de los niveles de glucosa e insulina y una reversión de la desastrosa resistencia a la insulina, pero puede producir también una activación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal y una consiguiente elevación de hormonas adrenales como los glucocorticoides, algo que conducirá a una elevación “paradójica” secundaria de los niveles sanguíneos de glucosa (artículo).

Este efecto nos obliga a emprender acciones adicionales que permitan extraer todas las ventajas al ayuno prolongado mientras evitamos sus potenciales problemas: técnicas de meditación y relajación, evitar el estrés psicológico durante el período de ayuno o el ejercicio intenso (que sí debemos practicar en días donde no hacemos ayunos completos).

Adicionalmente podemos usar algunas medidas sinérgicas para calmar nuestro sistema simpático como algún fármaco reposicionado que ha formado parte de protocolos que han obtenido remisiones completas.

Hay guías para practicar con efectividad y menos riesgo el ayuno en pacientes de insuficiencia adrenal durante el período del Ramadán, y que podrían ser de ayuda (estudio).

En ayunos prolongados, aconsejo tomar al menos citrato de magnesio y potasio, que puede ser en forma de ascorbato de potasio (artículo), aunque la lista de suplementos y otras medidas puedes consultarlas en el protocolo completo de medidas combinadas v1.0 o en el nuevo protocolo reducido de medidas combinadas 2.0.

Ambos protocolos proponen una serie de medidas que incrementan considerablemente las probabilidades de vivir más y mejor.

Ayuno y caquexia

La caquexia es un proceso típico del cáncer avanzado que no implica que simplemente haya que “comer más”, como algunos divulgadores y médicos sugieren.

Analicé la caquexia en este artículo de cáncer integral, por si quieres profundizar en ese tema.

Ni el ayuno implica necesariamente que se coma menos, ni el problema radica exclusivamente en la “cantidad” de comida o en el conteo de calorías. Es un proceso tan complejo como lo es el metabolismo, e implica una pérdida de masa muscular que no se soluciona ingiriendo “más calorías” de manera indiscriminada, porque eso suele conllevar sólo un almacenaje de panículo adiposo, que en nada solventa el gravísimo problema.

Durante la caquexia el tumor DESVÍA en su propio beneficio recursos metabólicos en detrimento del organismo sano, así que la primera acción contra la caquexia siempre será actuar contra el propio cáncer. El ayuno estabiliza el paisaje hormonal en beneficio del organismo y contra el tumor.

Lo que importa es la CALIDAD de los alimentos ingeridos durante la ventana de alimentación y las acciones adicionales que permiten mantener e incluso aumentar la masa muscular, como el ejercicio de fuerza y potencia o ciertos suplementos de los que hablo en ese artículo.

Si durante la ventana de alimentación el paciente consume suficientes proteínas como para suplir las demandas metabólicas de organismo y músculo, y mantiene las señales de necesidad de síntesis muscular con estímulos físicos, el ayuno (intermitente) no tiene por qué empeorar la condición caquéctica, pero es cierto que el paciente caquéctico debe asumir con cuidado los ayunos completos, sin extenderlos demasiado. Sí puede usar ayuno intermitente siempre que esté bien planteado y sea nutricionalmente denso y adecuado en su porcentaje de macronutrientes (en su condición quizá sea adecuado incrementar el consumo de proteínas), algo que puede conseguirse con una dieta como la que propongo, con altos niveles de glicina y bajos de metionina.

La glicina ha presentado además efectividad anticaquexia (estudio, estudio). La suplementación con glicina se hace por tanto aún más imperativa en caso de caquexia, y se añade a la panoplia de otros beneficios para los pacientes de cáncer, que incluye su capacidad antiangiogénica (artículo).

La caquexia no es un problema menor. El ayuno NO será la solución, pero no tiene por qué empeorar el problema si se hace bien. En este caso lo ideal es que el paciente estuviera asesorado por un profesional ACTUALIZADO.

Conclusiones: lo que quizá todo enfermo de cáncer sin caquexia debería hacer

Nota 1: consultar con un profesional actualizado si hay caquexia.

Nota 2: el ayuno NO es una obligación y debe ponerse en marcha de manera progresiva si supone una carga adicional de estrés psicológico. Tampoco tienes que combinar necesariamente ayunos intermitentes con prolongados de golpe. Comienza poco a poco y escucha a tu cuerpo. Ayuno intermitente y prolongado son medidas magníficas, pero lo ideal es que un profesional ACTUALIZADO (no es fácil de encontrar) colabore contigo si no estás acostumbrado. Comienza con ayunos intermitentes breves y vete reduciendo la ventana de alimentación. Añade ayunos completos periódicos cortos y escucha tus sensaciones.

1.

Ayuno intermitente de al menos 16 horas al día, cada día.

2.

Ayunos completos de al menos 2 días antes de la quimioterapia a dosis altas, y mejor si se extienden, si el paciente puede afrontarlo, 1 o más días posteriormente a la finalización del ciclo.

Otra posibilidad es usar durante 5 días (durante el ciclo de quimioterapia, por ejemplo) dietas que simulan el ayuno, como la propuesta por Valter Longo, pero ya he dicho en otras ocasiones que me parece simplemente una dieta vegetariana con bajo contenido proteico y creo que mata moscas a cañonazos, al no considerar matices imprescindibles como el ya mencionado ratio glicina/metionina: una dieta cetogénica como la que propongo en este libro, que forma parte de la enciclopedia del cáncer, y que durante esos días sea aún más restrictiva en metionina, quizá funcionaría igual pero sin la restricción alimentaria y aportando un nivel adicional de glicina muy beneficioso.

3.

Ayunos completos de 1-3 días regularmente en períodos sin quimioterapia, o incluso si el paciente aplica quimioterapia metronómica (a dosis bajas pero constantes)

4.

Ejercicio físico de fuerza y potencia los días en que NO haya ayuno completo, y ejercicio físico más liviano durante los días de ayuno.

5.

Dieta cetogénica con alto ratio glicina/metionina

6.

Suplementar al menos con glicina, magnesio y potasio.

***

El ayuno, combinado con una alimentación adecuada, ejercicio físico y suplementación estratégica es clave para construir la base, los cimientos del edifico terapéutico, que luego se completará con el resto de medidas del protocolo combinado que voy analizando cada semana en este blog y que ya ha dado dos resultados en forma de protocolos completos:

Protocolo versión 1.0

Protocolo versión 2.0

Avanzamos así, progresivamente, hacia una sistematización de las acciones más efectivas en esta comunidad de miembros, buscando aumentar cada vez más la cantidad y la calidad de vida de los enfermos.

¿Te apuntas?

Acerca del autor
Alfonso Fernandez
Llevo más de una década investigando el cáncer y dejando constancia de esos análisis en unos libros y en dos blogs. Mi misión es mejorar la calidad y la esperanza de vida de miles de enfermos, de dos formas: con información de calidad y conectándoles con profesionales que tratan de ayudarles y que actúan fuera de un sistema cooptado por la industria.

7 respuestas a “Ayuno contra el cáncer”

  1. pilarmartin74@hotmail.com dice:

    Tengo tu libro para aplicar la dieta cetogénica, he leído varias veces lo del alto ratio glicina/metionina, pero no consigo entenderlo!! No sé cómo empezar a hacer la dieta cetogénica manteniendo el ratio que comentas.

    • Alfonso Fernandez dice:

      …el libro propone claramente alimentos, recetas, cómo estructurar las comidas de manera precisa, con instrucciones resumidas en un par de hojas, y con una excel incluso. Es EL ÚNICO documento del mundo, que yo sepa, que hace eso
      Está todo resumido de forma sintética entre las páginas 133 y 150… lo lamento pero no sé cómo hacerlo más fácil

  2. Rubén dice:

    Buenas Alfonso, me gustaría saber tu opinión sobre ayunos completos de gente que ha revertido o a conseguir reducir tumores ayunando 7/10/14/21 días. Qué opinas sobre estos ayunos prolongados.

    • Alfonso Fernandez dice:

      Pues que magnífico, claro. Otra cosa es que no todo el mundo es capaz de llevarlos a cabo y que hay que suplementar bien y mantener a raya el estrés. hay que estar psicológicamente preparado y no llevar una vida muy estresante

      • Rubén dice:

        Muchas gracias eres una gran persona, un abrazo.

      • sergilliro@hotmail.com dice:

        Hola Alfonso,
        mi mujer tiene sesiones de quimio 2 semanas seguidas y 1 de descanso. Ya llevamos un par de años con dieta cetogénica y ayunos intermitentes (antes del diagnóstico) y ahora está empezando con los ayunos prolongados. Ha hecho un ayuno de 4 días, a la semana siguientes de 3 días. Tuvo de semanas de descanso y a la siguiente lo hizo de 6 días. Si tiene quimios tan seguidas es correcto realizar ayunos prolongados tan seguidos? La ventana de alimentación se le queda entre quimio y quimio de 3 dias.
        Ella está pensando en realizar ayuno de 11 dias seguidos porque abarca las 2 quimios y la semana que descansa tener la ventana de alimentación. Es demasiado?
        Muchas gracias

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