ACCESO LIBRE
Esta es la cuarta entrega de la serie dedicada a darte argumentos que puedas utilizar para tratar con tu oncólogo ortodoxo.
Como siempre os digo: probablemente la mayoría ni siquiera lea el estudio, pero eso te dará razones para intentar cambiar de oncólogo o, si eso no es posible, para ignorar sus consejos y actuar por tu cuenta sin problemas de conciencia, porque al menos lo habrás intentado.
Si no has leído el resto de artículos de la serie te aconsejo que lo hagas (primero, segundo y tercero). Al menos lee el primero, donde introduzco el marco argumental que justifica esta serie.
Indice
Puedes leerlo aquí: https://sci-hub.ru/10.1111/j.1524-4741.2009.00739.x
Se trata de un estudio que analizó el impacto de un programa integral de tratamiento para pacientes con cáncer de mama metastásico avanzado, que combina la quimioterapia convencional con terapias complementarias de nutrición, suplementación, ejercicio físico y estrategias mente-espíritu en un centro comunitario.
Se incluyeron 90 pacientes diagnosticadas entre 1984 y 1997, la mayoría con enfermedad metastásica después de un diagnóstico inicial en etapas tempranas. El programa integrativo se basó en una dieta antioxidante junto con suplementación individualizada, programas prescriptivos de acondicionamiento físico y un plan personalizado de intervención mente-espíritu.
Los resultados mostraron una mediana de supervivencia de 38 meses desde el diagnóstico de metástasis, considerablemente mayor que los 12 a 24 meses reportados en la literatura para poblaciones con factores pronósticos más favorables tratadas solo con terapias convencionales.
La supervivencia a 5 años fue del 27% en el grupo del centro integrativo versus 17% en pacientes del grupo de control. Ese dato debería ser un acicate para cualquiera con mente científica y deseo de mejorar el pronóstico del paciente.
Los pacientes siguieron una dieta “antioxidante”, “baja en grasas saturadas”, “evitando carnes rojas” y con altos niveles de frutas, verduras y “cereales integrales”.
Si me sigues desde hace un tiempo sabrás que el asunto de los “antioxidantes” se trata con enorme reduccionismo y sin entender realmente de lo que se habla: los antioxidantes más potentes no provienen de fuentes exógenas, que se identifican habitualmente con vegetales, sino que se fabrican en el propio organismo.
El glutatión es el antioxidante endógeno más poderoso y se sintetiza a partir de 3 aminoácidos cuyas principales fuentes son animales (artículo). Por eso recomiendo seguir una dieta cetogénica con un alto ratio de glicina/metionina (libro). En el primer artículo de esta serie hay un estudio que lo explica y que puede servirte a ti y a tu oncólogo.
Además, seguramente tu oncólogo ortodoxo estará más familiarizado con esas frases hechas (“antioxidantes, “comer muchos vegetales”, “restringir grasas saturadas”) y le resultará más sencillo leer un estudio donde se refuerzan al menos sus creencias alimentarias. Luego, en la privacidad de tu hogar, tú harás lo que te parezca.
El estudio tiene deficiencias conceptuales y parte de bases erróneas, pero lo que la dieta que propone sí hace bien es eliminar ultraprocesados y azúcares simples, que por sí solo ya aporta quizá el 50% de los beneficios. Si se consiguieron esos resultados con una acción dietética no óptima, ¿Qué podría conseguirse con una que sí lo fuera? ¿Y si el tratamiento combinado fuera aún más potente que el propuesto es este estudio? ¿Cuántas remisiones podrían haberse conseguido?
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Aunque la dieta propuesta no sea ideal, el resto de medidas sí que son muy útiles, y contrarrestan sus defectos
Las medidas de este estudio son importantes, pero son manifiestamente mejorables. Aprender de todos los casos de remisiones completas de cáncer avanzado nos permite diseñar tratamientos combinados aún más poderosos.
Eso he hecho en el Curso rápido de Oncología Metabólica, donde propongo los protocolos más baratos y a la vez eficaces, con el máximo beneficio/riesgo y beneficio/coste, exprimiendo al máximo las enseñanzas que los estudios científicos y todos los casos de remisiones recogidos en la literatura me han enseñado.
El curso rápido propone protocolos que reúna la mejor combinación posible de medidas heterogéneas: desde las más baratas y simples hasta las más complejas.
Toda esta lucha de años se ha visto condensada, decantada y destilada en la esencia de ese curso, que ahorra meses de investigación y mucho dinero y que incrementa considerablemente las probabilidades de remisión.
Un curso valorado en más de 250€ pero que está incluido gratuitamente en las membresías Avanzada y Profesional.
Haz lo siguiente:
Por último, te aconsejo que hagas el Curso rápido de Oncología Metabólica para optimizar tu tratamiento. Una acción que puede marcar un antes y un después en tu tratamiento y pronóstico.