ACCESO LIBRE
Hace un par de días recibí un mensaje privado en mi Instagram.
Me informaban de una oncóloga autodenominada “integrativa”, a quien yo había confrontado hacía un tiempo porque se dedicaba a “alertar” de que había una especie de histeria con lo de que “el cáncer se alimentaba de glucosa”, dejando la puerta abierta a la imaginación y dando alas al mensaje de la oncología oficial que tanto hemos escuchado: “come lo que quieras”, “bastante tiene encima el enfermo como para además hacerle sufrir con la comida”. Un mensaje “integrativo” sospechosamente idéntico al convencional.
Si ya entonces no entendía qué tenía de “integrativa”, ahora la cosa se aclaraba mucho más con el mensaje privado, porque me informaban de que se dedicaba a arremeter contra la Ivermectina, ridiculizando a quienes “hacían caso a Mel Gibson” y echando mano del mensaje ultra oficial: “cuidado, ¡No hay evidencia suficiente!”.
Acabáramos. El mantra infalible para detectar a cientificistas que no entienden (o les pagan para no entender) qué significa “evidencia” (artículo).
Como si los enfermos de cáncer fueran niños o retrasados mentales, incapaces de ver que la Ivermectina es uno de los fármacos más seguros del mundo (artículo), que está ejerciendo una poderosísima sinergia antitumoral con fenbendazol (y mebendazol) (artículo) y cuyo riesgo/beneficio es mínimo.
Al parecer, los pacientes a quienes les han dado un negro pronóstico deben sentarse a esperar (mil años) a que haya “evidencia”, en vez de tomar decisiones con libertad, asumiendo una incertidumbre indisolublemente ligada a la VIDA, porque no tienen nada que perder y encima el fármaco es casi inocuo.
Además, la ivermectina acumula demasiada evidencia clínica y se ha usado a BILLONES de dosis en MILLONES de personas como para seguir encerrados en OTRO redil. Uno de etiqueta “integrativa” pero que huele a disidencia controlada, a reconducción del mensaje para que no se aleje demasiado de lo oficial.
En Instagram puedes encontrar a oncólogas y médicos integrativos realmente valiosos, como Lorena Alled (podcast con entrevista) u Olga García (podcast con la entrevista), pero también a lobos con piel de cordero.
Lo curioso es la reacción de la oncóloga “integrativa”: usando el corporativismo típico de los médicos para tratar de avergonzarme «por haber atacado a un compañero» de esa manera, aludiendo a mi «falta de profesionalidad» (¿?). Pero luego, al indagar en sus publicaciones, comprobamos que se ha dedicado a “analizar” reels de OTROS profesionales integrativos, ridiculizándolos y minando su mensaje.
Esta introducción sirve para anunciar el vídeo improvisado que subí a mis redes y donde no me contuve ni un ápice para decir lo que creo que TODOS deben escuchar: médicos y también pacientes.
He dudado si subir un vídeo tan visceral, pero luego he recordado que esto es demasiado importante.
Oncólogos como ella son, ahora estoy seguro, DISIDENCIA CONTROLADA, lo sean conscientemente o no: con un mensaje diseñado para socavar los realmente heterodoxos y valiosos.
Y este vídeo me sirve para recordar que SÍ he escuchado a quienes me piden que rice el rizo y les ofrezca algo efectivo, barato y sencillo de obtener, ahí es nada.
Lo he hecho en el Curso rápido de Oncología Metabólica, donde propongo los protocolos más baratos y a la vez eficaces, con el máximo beneficio/riesgo y beneficio/coste, exprimiendo al máximo las enseñanzas que los estudios científicos y todos los casos de remisiones recogidos en la literatura me han enseñado.
Toda esta investigación de años se ha visto condensada, decantada y destilada en la esencia de ese curso, que ahorra meses de investigación y mucho dinero y que incrementa considerablemente las probabilidades de remisión.
Un curso valorado en más de 250€ pero que está incluido gratuitamente en las membresías Avanzada Anual y Profesional Anual.

Sí, estoy promocionando un producto que cuesta un dinero. Porque tengo que vivir de algo y si no le dedico la mayor parte de mi tiempo a esto no podría ayudar como ayudo. No es difícil de entender pero, desde que lancé Oncología Metabólica he tenido que soportar periódicos mensajes asombrosos: «Si quieres ayudar deberías darlo gratis«. «Desconfío de quien pide dinero por ayudar contra el cáncer«.
What?!
Al parecer nadie se sorprende de que pidas dinero por arreglarle la lavadora. Ni siquiera pone en duda que debe pagar al callista, al abogado o al electricista. De que deba pagar por obtener un libro, una barra de pan o un seguro de vida. Pero cuando haces algo que NADIE más está haciendo, en un tema llamado cáncer, que puede suponer una ayuda existencial, alguien les ha instalado la idea de que puede ser un estafador si pides una compensación por tu trabajo.
Incluso sabiendo que los auténticos estafadores han estado diseñando venenos que luego venden a precio de oro y haciéndose millonarios. Y lo hacen con la ayuda de la disidencia controlada que, con su mensaje bienquedao, lleno de medias tintas, mantiene a los enfermos en el círculo vicioso de siempre.
Si alguien viene a decirme que no se fía “porque pides dinero por ayudar contra el cáncer” prefiero no tener nada que ver con él.
Quien vea lógico pagar por cualquier producto o servicio, pero no por aquello que NADIE está haciendo y que podría salvar vidas, prefiero que se aleje de quienes llevamos tantos años trabajando honestamente, pero que debemos alimentar a nuestros hijos con el fruto de nuestro trabajo. Encima, a un precio ridículo para el valor que ofrece: cuando escribo esto ya hay 16 artículos con el análisis de 36 casos de remisiones COMPLETAS, protocolos combinados para todos los bolsillos, un curso que literalmente puede salvar miles de vidas, unos libros que analizan el cáncer como nunca nadie ha hecho… ¿Es una broma?
Si alguien no valora lo que ofrezco, no pasa nada, puede ir a Instagram y seguir a lobos con piel de cordero que cuentan las cuatro milongas de siempre, repetidas hasta la extenuación, pero con vídeos cuquis.
Eso sí: que lo hagan en silencio, por favor. Que no vengan encima a sermonear, demostrando que carecen de sentido común o que quieren verter su frustración emocional en quien no tiene la culpa de lo que le sucede.
Pero si quieren formar parte de algo grande, que hará historia, son bienvenidos.
👌