Son dos vías del sistema autónomo que controlan el trabajo involuntario del organismo. La vía adrenérgica implica el uso de adrenalina y norepinefrina y la colinérgica el de acetilcolina.
Un receptor adrenérgico responde a la influencia de epinefrina y norepinefrina, y uno colinérgico responde a la acetilcolina.
Las neuronas del sistema simpático tienen receptores adrenérgicos (los alfa son receptores post sinápticos que actúan sobre todo en procesos de estimulación, y los beta en procesos de relajación). En las sinapsis dentro de los ganglios simpáticos, las neuronas simpáticas preganglionares liberan acetilcolina, un mensajero químico que se une y activa los receptores de acetilcolina nicotínicos en las neuronas posganglionares.
En respuesta a este estímulo, las neuronas posganglionares liberan principalmente noradrenalina (norepinefrina). La activación prolongada puede provocar la liberación de adrenalina (epinefrina) de la médula suprarrenal. Una vez liberadas, la noradrenalina y la adrenalina unen los receptores adrenérgicos en los tejidos periféricos.
Ambas son catecolaminas, junto con la dopamina (otra hormona/neurotransmisor, producida en numerosas zonas del sistema nervioso), y las tres se sintetizan a partir de la tirosina, que a su vez o bien proviene de fuentes dietéticas directas o bien se sintetiza a partir del aminoácido esencial fenilalanina. Como vimos, las hormonas tiroideas proceden del mismo sustrato básico: tirosina.